Cigala
La cigala (Nephrops norvegicus) es un crustáceo decápodo de la familia Nephropidae. Se trata de una especie comestible muy apreciada por su sabor. Posee un cuerpo y abdomen alargados, estrechos y de menor robustez que el resto de especies de la familia. Pueden alcanzar los 12 centímetros de longitud. El primer par de patas torácicas es largo, con largas pinzas ligeramente desiguales. Segundo y tercer par también con pinzas. Segmento abdominal terminado en una punta a cada lado. Ojos de córnea negra y muy hinchada, de aspecto arriñonado. Rostro con dos carenas o crestas longitudinales; otras carenas en el caparazón y las pinzas. Color rosáceo.
Sólo sale al anochecer y al amanecer para alimentarse. Puede vivir en profundidades de hasta 800 m. Viven preferentemente sobre fondos blandos de arena fina donde suelen esconderse en galerías (madrigueras) perforadas por ellos mismos, a veces largas y con más de una salida para escapar.
La época del desove va de julio a febrero. Los huevos, de color verde al principio, se vuelven de color rojo. Suelen verse adheridos de la parte inferior del cuerpo de la hembra, oxigenándolos con movimientos de sus patas. Tras nacer tardan unos dos años en alcanzar la edad adulta.
La cigala es un depredador que vive en solitario, cazando para alimentarse fundamentalmente gusanos poliquetos y de peces, y no desprecia un bocado de moluscos, equinodermos y otros crustáceos.